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Ana Ibáñez
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12 sept. 2019
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Marc Jacobs se enfrenta al día que murió la moda

Traducido por
Ana Ibáñez
Publicado el
12 sept. 2019

Pocos diseñadores estadounidenses estuvieron tan cerca físicamente de la tragedia del 11 de septiembre como Marc Jacobs. Este celebraba su último desfile de moda un lunes por la tarde de 2001 en un muelle al norte del World Trade Center, justo antes del cataclismo que se produjo el martes por la mañana.


Marc Jacobs Primavera/Verano 2020 en Nueva York - Marc Jacobs


Este miércoles, en el Uptown Armory de Park Avenue, el diseñador habló del desastre haciendo un llamamiento a la alegría y la confianza en un desfile que resultó también un auténtico tutorial sobre la historia de la moda.
 
“Para mi querido amigo, David Rivers, y todos los grandes amigos que nunca tendré la oportunidad de conocer, han pasado 18 años de un día que nunca olvidaremos. Este desfile, como aquel, es una celebración de la vida, la alegría, la igualdad, la individualidad, el optimismo, la felicidad, la indulgencia, los suelos y un futuro aún por escribir mientras seguimos aprendiendo del pasado y de la historia de la moda", explicó Jacobs en su programa, en referencia a un director editorial que estaba celebrando una conferencia en el restaurante Windows of the World, en el último piso del World Trade Center, cuando el primer avión se estrelló contra las torres gemelas de Nueva York.

El resultado fue una selección sorprendente de referencias históricas, desde la elegancia Camelot de los Kennedy y las divas del rock de los sesenta, a la inocencia de Doris Day y la frescura de Carnaby Street. A Jacobs se le ha acusado en distintas ocasiones de remodelar hallazgos de una tienda de segunda mano, pero hay que decir a su favor que los 55 estilismos de esta temporada han pasado claramente por la batidora de su imaginación.   
 
Entre la ecléctica mezcla encontramos vestidos gigantescos de tul en violeta y rosa amarilla de Texas; vestidos para carreras de caballos a lo My Fair Lady; trajes pantalón estilo Saint Laurent; abrigos de terciopelo de flores dignos de Janis Joplin; chaquetas moteras mini combinadas con sombreros de director de circo; vestidos dorados tipo azafata de Park Avenue y los impermeables de piel lila a lo Jackie Browne. La mitad del elenco llevaba sombreros de campana,  de vaquero, de fieltro, bombines o fedoras, en su mayoría de gran tamaño.
 

Marc Jacobs Colección Primavera/Verano 2020 en Nueva York - Marc Jacobs


La nostalgia también estuvo presente en la banda sonora, con la clásica historia de deseo de The Mamas & The Papas, "Dream a Little Dream of Me".
 
Una actuación magistral basada en la historia y la antigüedad de la moda, que fue también el punto flaco de la colección. No abrió nuevos caminos y nos encontramos frente a una colección esencialmente retro. A medida que avanzaba el programa, crecía el mal humor; un segundo alabando "nuestras bases, centros de datos y bancos de memoria naturales del cerebro, del genio de Karl". Y al siguiente "criticando "los archivos transitorios de Internet" y "el mar infinito de influencers digitales".
 
Jacobs salió a saludar con unas botas gigantes de plataforma Pinball Wizard y una chaqueta de lana cardada de color rojizo en referencia a Chanel. Bailó, saludó y abrió los brazos para recibir el aplauso de los aficionados allí reunidos, todos sentados en un arreglo de sillas blancas colocadas en el extremo oriental de la armería gigante. 


Marc Jacobs Primavera/Verano 2020 en Nueva York - Marc Jacobs


Aquellos que pudimos asistir al desfile de Jacobs en 2001 lo recordamos como una fiesta llena de entusiasmo. El espíritu intenso de celebración, con cientos de personas bailando en el muelle 54 del río Hudson hasta altas horas de la madrugada. Un barco de bomberos contratado para la ocasión lanzaba enormes chorros de agua al cielo, solo unas horas antes de que muchos bomberos perdieran la vida. Las luces del World Trade Center brillaban con fuerza en el sur, como si dieran el visto bueno a ese carnaval de la moda. 
 
Menos de ocho horas después, ese estado de ánimo desapareció en muchos sentidos para siempre por culpa del mayor ataque terrorista de la historia que cambiaría para siempre el mundo en el que vivimos.

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