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17 abr. 2018
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Los archivos de moda podrían ser el nuevo negocio

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17 abr. 2018

El pasado 7 de abril, el museo Christian Dior de Granville, en Francia, inauguraba una retrospectiva bajo el título “Tesoros de la colección, 30 años de adquisiciones”, siendo también la ocasión para poner en valor tres décadas de creación de la firma parisina. De vuelta a 1987, la casa Dior tiene 40 años y el primo del modisto, Jean-Luc Dufresne, inaugura en el museo Richard Anacréon de Granville la exposición “Christian Dior, su otro yo”. Lejos del ajetreo de la capital francesa, los turistas descubren una faceta desconocida del diseñador en la ciudad normanda donde creció, en la villa de muros rosados Les Rhumbs, que fue a su vez el lugar en el que el modisto hizo sus primeras creaciones. De los archivos adquiridos con motivo de esta exposición de aniversario, nacerá diez años después el museo  Christian Dior, bajo la tutela de la asociación “Présence de Christian Dior” (Presencia de Christian Dior).


Uno de los vestidos expuestos en el MAD para la exposición « Christian Dior, couturier du rêve » - Musée des Arts Décoratifs

 
Desde entonces, este fondo no ha dejado de crecer a través de donaciones, sobre todo familiares, y adquisiciones realizadas por la ciudad de Granville y por el museo Christian Dior. Sin olvidar el apoyo financiero del grupo LVMH, a quien pertenece actualmente la casa de costura. Asimismo, el presidente de la asociación “Présence de Christian Dior” es Jean-Paul Claverie, consejero de cultura de Bernard Arnault.

Archivos que hacen las delicias del público. Como testimonio, la exposición “Christian Dior, costura de ensueño”, que abrió al público entre el pasado 5 de julio de 2017 y el 7 de enero de 2018 en el museo de Artes Decorativas de la capital francesa y recibió cerca de 700 000 visitas, el doble de lo que esperaba el museo. Conscientes del interés que las colecciones de antaño despiertan en los visitantes, el museo continúa en esta línea con la exposición “Margiela, les années Hermès” (Margiela, los años en Hermès”, actualmente accesible.

Dos museos se han consagrado al diseñador Yves Saint Laurent desde finales de 2017, uno en Marrakech y otro en París, cita imprescindibles para el público. Un atractivo del que Google ha querido dejar constancia a través de su plataforma WeWearCulture lanzada el pasado mes de enero, que permite a los internautas acceder a las exposiciones de moda del mundo entero en realidad aumentada. Ha terminado el tiempo en el  que los archivos se quedaban en las estantería, ahora se exhiben, se prestan y se adquieren a precio de oro. Pero la cuestión es por qué y para quién son primordiales estos archivos.

Una noción difusa

Yves Saint Laurent tuvo, desde sus inicios, la previsión de guardar cuidadosamente su trabajo, pero lamentablemente no se puede decir lo mismo de todas las casas. Julia Guillon, especialista de moda en Sotheby’s, también al origen del departamento de patrimonio de Givenchy y ha pasado por el de Rochas, afirma que “para las marcas que no han conservado sus archivos, es imprescindible la reconstrucción de su patrimonio a través de una investigación histórica”. Este proceso conduce, generalmente a la adquisición de piezas y objetos en subastas o a través de particulares con archivos interesantes para la marca.

Los archivos, entre el pasado y el futuro

Estos archivos tienen muchos y diversos usos para las casas. Desde el punto de vista comunicacional, los archivos aportan dimensión a las casas cuando organizan una exposición sobre su patrimonio. “Los archivos fascinan porque coquetean con la memoria de los consumidores y permiten a todos penetrar en los secretos de la fabricación”, explica Nathalie Rozborski, directora general delegada de la consultora de innovación y creación NellyRodi. Por su parte, Julia Guillon precisa que “el impacto es inmenso en términos de comunicación, tanto en la prensa como en las redes sociales”. Un impacto que puede traducirse en una compra ya que, como señala Côme Rémy, “la cultura y la comprensión aportan una historia a la marca y a sus objetos, que ganan en deseabilidad al mismo tiempo que se acercan a sus clientes”.


A la izquierda, Léa Seydoux en "Saint Laurent" , que salió en septiembre de 2014. A la derecha Cara Delevingne en el desfile de Saint Laurent de septiembre de 2014 - Capture d'écran du film "Saint Laurent" de Bonello/FashionNetwork.com


A nivel interno, estos archivos tienen un interés aún mayor: ayudar a los creadores a imaginar sus actuales colecciones. Impregnarse del ADN de la firma para reinterpretarlo, darle la vuelta y modernizarlo, esencial en una época en la que los directores artísticos han de crear, al menos cuatro colecciones al año y cambian de casa rápidamente.

“Es una fuente de inspiración sin fin y los archivos ofrecen a menudo la posibilidad de reinventar productos icónicos y los códigos de la marca”, confirma Nathalie Rozborski. Entrevistada sobre el tema por el New York Times el pasado mes de septiembre, Karl Lagerfeld afirmó: “No existiría Chanel sin la historia de Chanel. Hay muchas cosas que la gente piensa que existen desde el principio de la casa, pero he sido yo quien las ha creado. Mi trabajo es hacer que lo crea, no hay otra manera para una casa de sobrevivir”.

Otros diseñadores adores optan por el homenaje en sus colecciones, como ha sido el caso de Demna Gvasalia quien, con motivo de los cien años de la casa Balenciaga, se ha inspirado en imágenes de los archivos de su creador para reinterpretar una serie de vestidos de costura.

Se trate del museo Christian Dior de Granville, el Conservatorio de Hermès o la sede de la Fundación Saint Laurent, cada vez que un nuevo diseñador se une a la casa desea familiarizarse con los creadores que han pasado por la casa antes que él. Todos los directores artísticos que se han sucedido en Dior durante los últimos años han pasado por el museo de Granville para estudiar las técnicas del fundador de la firma, así como para impregnarse de la Villa Les Rhumbs, donde el diseñador creció. “Si quieren comprender al modisto, los creadores han de hacer su respectivo peregrinaje para sentir lo que Dior pudo ver viviendo allí”, confirma  Barbara Jeauffroy, encargada de misiones y comisaria asociada del museo Christian Dior.

Una fuerte impregnación que da lugar en ocasiones a situaciones perturbadoras, como ocurrió con la colección primavera-verano 2015 de Saint Laurent, donde Hedi Slimane presentó un estampado titulado “Fleurs 70s” (Flores de los 70). Un motivo idéntico al de una camisa, inspirada en los archivos de la casa, que lleva Léa Seydoux, alias Loulou de la Falaise, en la película Saint Laurent, de Bertrand Bonello, que salió tan sólo cuatro días antes del desfile. Sophie Kurkdjian, a cargo de los archivos de la Federación de la Alta Costura y de la Moda señala, en relación a este hecho, la dualidad existente entre la moda y los archivos. “La moda busca la innovación y adelantarse a las tendencias del mañana, mientras que los archivos, aunque inspiren a los diseñadores actuales, miran hacia el pasado de la casa en lugar de hacia su futuro, al contrario que ocurre con la dinámica de la moda misma”.

Pero los archivos son un recurso importante para toda la empresa, no sólo para los directores artísticos. Estos muestran al personal la importancia del trabajo de sus predecesores y la historia de la casa, lo que permite tanto desarrollar y pulir un discurso de venta como fortalecer la cultura de empresa. Con la revalorización del patrimonio de la moda, se subraya también el saber hacer.


Una falda de Martin Margiela de 1992 vendida a 585 euros en Palindrome - Palindrome

 
“En Hermès comenzamos a grabar a los artesanos que se jubilaban para que contaran sus recuerdos. Los archivos son cápsulas del tiempo”, ilustra Côme Rémy, experto en arte decorativo contemporáneo y del siglo XX y antiguo responsable del Conservatorio de Creaciones Hermès de 1993 a 1997. En este sentido, Victoire Boyer Chammard, al frente del departamento de autentificación de la web de segunda mano Vestiaire Collective y al origen del talk show de la periodista de moda Casati sobre este asunto el pasado mes de enero, precisa que “los archivos tienen también ese rol”, el de mostrar el trabajo artesanal.

Las piezas de archivo como valor de refugio

Apasionados de la moda vintage o influenciados por los artículos que titulan “más vale invertir en un Birkin de Hermès que en el oro”, los particulares en busca de piezas retro en las tiendas especializadas o en internet son cada vez más numerosos. Desde Palindrome, cuyo mercado es la venta de modelos de archivo, a la aplicación Byronesque, que ofrece a los coleccionistas encontrar prendas vintage, se ha generalizado. Rachel Halickman, fundadora de Palindrome afirma: “El interés de los particulares en torno a los archivos tiene mucho que ver con el hecho de que la moda hace referencia, cada vez más, a creaciones del pasado. Los consumidores quieren saber de dónde vienen estas inspiraciones”. Gill Linton, cofundador de la aplicación  Byronesque, añade: “Cuando un desfile reinterpreta los archivos de una marca, aumenta la demanda de los originales”.

El precio de estos artículos de época aumenta cuando la casa cambia de dirección artística, cuando se lanza una exposición consagrada a la firma o cuando fallece su creador. En este sentido, Victoire Boyer Chammard explica que “una semana después del fallecimiento de Azzedine Alaïa, nuestra oficina estaba repleta de sus creaciones”, enviados por coleccionistas y particulares que esperaban un alto precio por la prendas en la web. Azzedine Alaïa fue, justamente, uno de los coleccionistas más reputados en esta materia, que llegó a adquirir a lo largo de los años miles de prendas de modistos. Victoire Boyer Chammard, que trabajaba anteriormente para el gabinete PB Fashion, confirme: “(Alaïa) seleccionaba la menor de las piezas, elegís siempre las mejores, no necesariamente las más caras, sino aquellas que tenían un interés histórico de verdad. Cuando un museo Alaïa vea la luz, será una maravilla para los ojos”.

Este gran creador, que se hizo indispensable en todos los calendarios de la moda, presentaba sus colecciones cuando lo deseaba, a su ritmo. En este sentido, el diseñador compartía una convicción con Jean-Louis Dumas, antiguo CEO de Hermès, de quien tomamos prestadas sus palabras: “los archivos permiten dar tiempo al tiempo”.

 

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